Bienestar,  Estilo de Vida

¿Cómo no dejarte dominar por el enojo?

Reflexiones para mejorar cómo reaccionamos, ayudándonos a no caer en la ira, ser más constructivos y pacíficos.

Todos nos hemos dejado gobernar por el enojo y dicho algo que no queríamos, hemos sentido ese fuego interno tan intenso que luego nos deja exhaustos y arrepentidos, por haber hecho daño a nuestros seres queridos. Pero podemos cambiar eso, podemos evitarlo, aquí profundizaremos en ello, cómo evitar enojarnos, cómo ser más constructivos y pacíficos, para intentar superar la ira, vencer nuestro orgullo y ser más pacientes, tolerantes y amorosos.

PUEDES EVITAR CAER EN LA IRA

Identifica el enojo, no te apartes de tus emociones y reconoce la sensación de cuando la cólera se está apoderando de ti. Reconoce también, cuando se trata de otras emociones, como la frustración (algo no sale como esperabas o se escapa de tu control) desatando entonces el mecanismo de enfado, para evitar afrontar nuestras emociones verdaderas iniciales.

Recuerda que el enojo nubla tus pensamientos. No piensas claramente y dejas de ser tu auténtico tú”.

TÚ PUEDES CONTROLAR TU ENOJO

Observa el flujo de la emoción, sintiendo cómo afecta a tu cuerpo, da un paso atrás y busca redirigir la energía, respirando o contando, para evitar llegar a esa sensación. Si sientes que no puedes, tómate una pausa, y el tiempo que precises para regresar a tu paz, siendo compasivo contigo y tu entorno.

Recuerda que quedan prohibido: Los insultos, el sarcasmo, la crítica, el juicio o la violencia, para los demás y para ti. Estas son conductas que aprende a utilizar nuestro ego, para defendernos de una aparente “amenaza” a nuestra integridad. Cuando caes en la ira, no puedes comunicarte claramente, nuestro ego comenzará a buscar culpables afuera, intentando “castigarlos” por la ofensa cometida. Así que si te oyes criticando, levantando la voz u ofendiendo, ya has caído en la trampa de tu ego, intenta frenarte, usa toda tu fuerza y voluntad para alejarte de esta conducta. Nuevamente, respira, toma espacio, comunica que lo estás necesitando. Pide ayuda, si lo precisas. Se compasivo contigo mismo y no te culpes, reconoce y acepta con respeto y amor, tienes la oportunidad delante tuyo para cambiar y mejorar.

Nada ni nadie puede ocasionarte daño a menos que tú lo permitas, dejándote guiar por la ofensa, la irritación, el miedo y el rencor“.

ERES MUCHO MÁS Y MUCHO MEJOR

Antes de dejarte llevar por tu ira, y lanzarte a decir o hacer algo, pregúntate ¿Cómo reaccionaría la persona frente a mí con esto que diré o haré? ¿Cómo me sentiría yo, si me dijeran o hicieran esto? ¿Esto que diré o haré, me traerá paz?

2- Recuerda, la ira nos hará creer que debemos “castigar” aquello que no cumplió con nuestras expectativas. Pero si te frenas, identificas tu emoción y recapacitas en tus acciones, podrás notar, tu completa responsabilidad que puedes elegir cómo sentirte. Incluso si te vencen estas emociones, podrás conocerte más, escucharte, entenderte, pero sin afectar la integridad de los demás.

3-El ego se antepone cuando siente que el orgullo se ha visto afectado, y activará su mecanismo de defensa. Cuando sentimos humillación o rechazo, es natural que tomemos “la ruta fácil” centrando nuestra atención en el otro, y no lidiando con nuestras emociones, profundizando en nosotros. Pero es entendiendo, que todo nuestro sufrimiento, lo creamos nosotros mismos, por este condicionamiento interno, que reconocemos la absoluta responsabilidad para con nosotros. Tenemos todo el poder de decidir cómo queremos sentirnos, incluso si a nuestro alrededor ocurren cosas que no queramos.

DESARROLLA TU SABIDURÍA

Si ocurre algo que te disgusta, busca la manera de comunicarlo de la forma más precisa. No esperes y acumules tu malestar, ya que para entonces será muy tarde. Busca en su lugar dialogar, profundizar, con respeto mutuo, en aquello que te afecta, que no te gusta o hace sentir mal. Es necesario que podamos expresarnos, sin reprimirnos, en momentos oportunos, con consentimiento y respeto. Busca estas instancias, para darte a conocer y entender, sin herir a los demás. No esperes a estallar, porque esto puede crear daños, a veces, irreparables.

Si tienes muchas frustraciones, ansiedad o molestias acumuladas, busca el momento para desahogarte. Puede ser con un terapeuta, escribiendo, pintando o haciendo ejercicio físico, pero siendo consciente de que lo haces como un método para descargar la tensión y el estrés. Callar lo que nos afecta, reprimir emociones y acumular molestias, sólo incrementará el enojo y nos jugará en contra cuando alguna gota rebalse el vaso de nuestra armonía interior. Cuida de ti y tu bienestar físico, emocional y mental. Toma momentos diarios para orar, meditar, respirar conscientemente, dialogar honesta y comprensivamente contigo mismo. Busca momentos de paz que te ayuden a conectar contigo, a reconocer tus miedos, tus preocupaciones, puedes hacerlo con alguien en quien puedas confiar, algún familiar o amigo, o simplemente sentándote en tu compañía y la de Dios o en lo que creas.

“El dolor puede ser inevitable. El sufrimiento es opcional”.

Es completamente natural y normal que transitemos por todas nuestras emociones, incluyendo el enojo. Lo importante es no dejarse controlar por ellas, entendiendo que son simplemente emociones, nuestras guías sintomáticas de lo que nos ocurre. Pero es nuestra elección el decidir cómo queremos sentirnos y comportarnos. Nosotros tenemos el poder para decidir qué queremos pensar y cómo queremos actuar. Ya es un logro el que estés aquí, leyendo esto, queriendo cambiar y mejorar. Recuerda felicitarte por ello, y que todo se puede lograr, con perseverancia, constancia y paciencia. No hay nada de malo, en ser honesto, y simplemente decir “estoy enfadado” sin generar conflicto con los demás y respetarnos, respetándolos a ellos, al no generar mayor daño.

TIENES UN CORAZÓN DISPUESTO A PERDONAR

Es importante cultivar en nosotros la paz, a pesar de lo que ocurra a nuestro alrededor. Comprender que los demás no buscan hacernos daño, sólo son personas como nosotros, que están aprendiendo. Muchas veces se dirá o hará algo que no nos guste y nos pueda hacer daño. Detrás de esto, debe existir un corazón compasivo, que perdone a quien puede no saber lo que está haciendo. Si somos susceptibles y esperamos que el mundo funcione como queremos, no haremos más que caer en la trampa de nuestro orgullo y seremos esclavos de nuestro enojo. Pero si evitamos tomar los actos de los demás personalmente, buscando reaccionar de manera más constructiva, entendiendo nuestra responsabilidad por nuestros pensamientos y sentimientos, entonces podremos desarrollar una mente más serena y observadora y un corazón más compasivo y generoso; es en esa sabiduría que sabremos perdonar a los otros y a nosotros mismos.

Se requiere mucha valentía y amor, cultivar la sabiduría necesaria para construir y conservar nuestra paz interior y perdonar”.

Esto es algo que puede haber llegado a ti, que estabas necesitando, o quizás reconozcas a alguien a quien puedas ayudar con esto. Recuerda que lo importante es aprender a conocerse, entenderse, y darse el tiempo para hacerlo. Si en algún momento sientes emociones indeseables manifestarse y tomar control, recuerda que tienes el poder para frenarlos, calmarte y redirigir tu forma de reaccionar. Eres un ser valioso y hermoso. Puedes cambiar, puedes mejorar. Con amor y paciencia, sé que lo lograrás. Espero que estas reflexiones te ayuden a mejorar y enriquecer más tu vida.

Gracias por dedicarte este tiempo a leer este artículo. Te invito, si deseas, a seguir viendo contenido similar en la página. Gracias por tu compañía, gracias por tu existencia, recuerda que eres sanación y eres belleza. Conecta con tu interior y abraza todo tu esplendor.

Con amor, son mis mejores deseos para ti.

Namasté

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